18 de noviembre de 2008

Lo maravilloso y los dólares de mar

El trato es este: los someto primero a una sarta de perogrulladas y luego van al video. ¿No? Ok, como quieran, sigan adelante que yo haré lo propio.

Una palabra que trato en lo posible de no utilizar es "milagro" cuando se trata de decir cosas como "el milagro de la vida". En su acepción más usada un milagro es un "Suceso extraordinario y maravilloso que no puede explicarse por las leyes regulares de la naturaleza y que se atribuye a la intervención de Dios o de un ser sobrenatural", según el diccionario Vox. Pero dado que pocas cosas hay más naturales que la vida*, difícilmente puede ser inexplicable por las leyes de la naturaleza. Teístas: absteneos.

Mi palabra favorita para reemplazar al milagro, la que deja lo sobrenatural de lado, es "maravilla". Es tanto, tanto mejor. Para empezar, mientras que el milagro nos deja afuera, mirando sin comprender cómo la deidad de turno hace sus malabares, lo maravilloso nos hace partícipes: nada es maravilloso si no nos maravilla. Y agrego una connotación: a la maravilla hay que saber verla, hay que buscarla; como en los cuentos de maravillas de las Mil y una noches, en los que Simbad u otro viajero sale a descubrir cosas maravillosas.

Por otro lado, no necesitamos que algo sea inexplicable para maravillarnos: desde la Capilla Sixtina a las galaxias, pasando (porqué no) por los relojes de pulsera, todo puede maravillarnos sin ser milagroso. Basta con saberlo ver.

Y resulta que la ciencia en eso de "ver" es muy buena. Tanto por el desarrollo de nuevos tipos de ojos como por el ansia viajera, por las ganas de descubrir. Las ciencias son usinas de descubrir no sólo maravillas, sino nuevas formas de maravillarse. Y entre ellas, la Biología es mi favorita.

Listas las perogrulladas. El siguiente video muestra el desarrollo inicial del dólar de mar (Clypeaster subdepressus), ese tipejo de la foto de arriba**, pasando por sus estadios larvales. Los dólares de mar son equinodermos, primos segundos de las estrellas de mar y primos hermanos de los erizos. El modelo terminado que vemos arriba tiene unos 5 cm de diámetro.

La palabra "maravilloso" no es más que un ridículo cúmulo de fonemas. Véanlo, nomás.


A Sea Biscuit's Life from Bruno Vellutini on Vimeo.

*¿Vieron que cuando los carteles de turismo dicen "Venga a disfrutar de la naturaleza" nunca se refieren a un desierto helado?

** Fotografìa original en www.wetwebmedia.com/twainv12.htm